22 de febrero de 2011

Asesinado por comer palomitas mientras veía 'Cisne Negro'

Leo este titular en 'El Confidencial': "Asesinado por comer palomitas mientras veía Cisne Negro". Por lo visto, el presunto asesino, un joven de 27 años, estaba tranquilamente en un cine de Riga (Letonia) viendo la última peli de Natalie Portman (que por cierto, a mí el tráiler me parece más bien un intento de hacer creíble el típico culebrón televisivo) cuando al lado se le sienta uno que no para de hacer ruidos al comer palomitas.

A mí esta noticia me viene al pelo para comentar lo de las palomitas y el cine, que ya tenía yo muchas ganas. La gente es una maleducada y es verdad que el ruidito-cronch-cronch es absolutamente insoportable y desquiciante. Hombre, no digo que haya que matar al de al lado, eso no, pero a mí desde luego me pone negra. Ufff... Yo me pregunto: ¿tan difícil es coger la palomita, meterla en la boca, cerrar la boca y masticar? Es decir, se cierra la boca antes de masticar, y no después. Yo no lo veo nada complicado.

Pues a pesar de la poca complicación que tiene, casi nadie las come como debería. Claro, que teniendo en cuenta que hay mogollón de gente que come con la boca abierta... Por eso, abogo por prohibir las palomitas en el cine. Y no es broma. El que quiera zampar con toda la boca abierta, que lo haga en su casa y que le aguante su mujer, su hijo o su perro. Yo no tengo por qué.

¿Por qué comemos palomitas en el cine?

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